V. ILUMINACIÓN

A. EN RELACIÓN CON EL MUNDO

1. La necesidad del la iluminación

  • 1 Co. 2:14
  • 2 Co. 4:4

2. El ministerio de iluminación del Espíritu Santo frente al mundo (Juan 16: 7-11)

a. El anuncio de la venida del Espíritu Santo (v.7)

La situación: los discípulos tienen miedo. Se preguntan : " ¿Cómo vamos a seguir?”. En esta situación, Jesús les dice: mi salida es una ventaja para vosotros.Ahora, Jesucristo les habla de la venida del Espiritu Santo. El es llamado aquí "Consolador”, lo cual significa "abogado”.

La palabra que se usa en el griego es "parákletos” = alguien que nos exhorta y anima. El Espíritu Santo no es una influencia nebulosa, sino una persona. La ventaja consiste en el siguiente hecho: por el Espíritu Santo, Jesucristo vive en la vida de los creyentes.

b. El ministerio del Espíritu Santo en la vida de los incrédulos: convicción (vv. 8-11)

El convencerá al mundo (v.8), allí donde se predica el evangelio. Para tomar una decisión, hace falta convicci6n. Esta convicción no se logra por nuestros argumentos, sino por la obra convencedora del Espíritu.

¿Qué significa ser convencido? Significa recibir la verdad como tal. El evangelio es según el razonamiento humano una locura. Por eso hace falta el Espíritu Santo para convencer. La verdad tiene que ser presentada de forma clara, concisa y sencilla.

¿ Cuál es la reacción de gente que fue convencida?

  • Hechos 2:37 - 41
  • Hechos 16:30

¿ De qué convence el Espíritu Santo?

  • Del pecado (v. 9). El pecado básico es: no confiar en Jesucristo La rebelión en el paraíso nace de la falta de confianza en la Palabra de Dios. La incredulidad es un ataque frontal a la credibilidad de Dios. La falta de fe es la característica del mundo de hoy. El mundo quiere ser autónomo, autosuficiente e independiente. Tener fe en Jesucristo significa: confiar totalmente en El. Y esto es precisamente lo que el mundo no quiere.
    Los que se han dado cuenta de su situación real delante de Dios anhelan la justicia. Y de esto habla el versículo siguiente.

  • De la justicia (v. 10). La resurrección y ascensión de Jesucristo al Padre testifican: Él no tiene pecado y ha cumplido la ley de Dios perfectamente. Nadie podía culpar a Jesucristo ni de un solo pecado. Y ahora Jesucristo ofrece esta justicia como regalo a todos los que quieren tenerla.
  • Del juicio (v. 11). La supuesta derrota de Jesucristo en la Cruz era en realidad una derrota del diablo. No queda esperanza para el que rechaza esta posibilidad. Por lo tanto, en el evangelismo tenemos que hablar del juicio.

CONCLUSIONES

1.) Pecado, Justicia y Juicio son los temas principales del evangelismo (prácticamente en todos los sermones de Hechos).

2.) Si hablamos de estos tres temas, tenemos una promesa especial de la obra convencedora el Espíritu Santo.

3.) Si salimos para evangelizar confiando en nuestra capacidad de hacerlo, fracasaremos. Debemos confiar en la capacidad del Espíritu Santo de convencer. Es la diferencia entre un vendedor de aspiradoras y un evangelista. Si hablamos la verdad sabemos, que el Espíritu obra. Nunca debemos manipular a la gente. De lo contrario, tendremos conversiones que carecen de realidad. Esto nos libra de la presión de ser los responsables de los resultados. Podemos testificar en el poder del Espíritu Santo y dejar los resultados al Señor.

B. EN RELACIÓN CON LA IGLESIA

1. La necesidad de la iluminación

  • I Co.2:10-12

2. El ministerio de enseñanza del Espíritu Santo (Juan 16:12-15)

El Espíritu Santo tiene - entre otras - dos tareas muy importantes:

a) Enseñar a la iglesia
b) Glorificar a Jesucristo.

a) El Espíritu Santo enseña y guía a la Iglesia (vv. 12 y 13)

El Espíritu Santo enseña y aclara la verdad divina. Esta promesa se refiere en primer lugar a los doce apóstoles y en segundo lugar a todos los discípulos de Cristo de todos los tiempos.

¿Cómo está enseñando y guiando el Espíritu Santo?

A toda la iglesia colectivamente por profetas, evangelistas, pastores y maestros y a cada creyente individualmente por su Palabra, la Biblia..

b) El Espíritu Santo glorifica a Jesucristo (vv. 14 y 15)

El profeta, evangelista, pastor, maestro, etc. que no da la honra a Jesucristo, sino que se glorifica a si mismo, no es guiado por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo mora en cada creyente. Por lo tanto, su deseo es glorificar a Jesucristo en la vida de cada discípulo.


>  >  >