IV. LA UNI-PERSONALIDAD DE CRISTO
En esta sección vamos a hablar principalmente sobre un
tema clave: ¿en que relación están las dos naturalezas de Jesucristo?
En el ano 451 en el concilio de Calcedonia, la Iglesia
formuló la definición de la doctrina de la uni-personalidad de las dos
naturalezas de Jesucristo con los siguientes términos:
"No mezcladas, incambiables, indivisibles,
inseparables”.
Esa definición básicamente es una definición negativa que
intentaba a proteger la Iglesia contra diferentes herejías.
Esta definición no intenta explicar el misterio de la
unión de la naturaleza humana y divina en una sóla persona. Es imposible
explicar como aconteció la encarnación y aún menos dar una interpretación
psicológica de este hecho.
A. DEFINICIONES
Algunas expresiones precisan una definición para evitar
malentendidos:
Naturaleza: | | La naturaleza es el conjunto de todas las
cualidades esenciales que defiinen una cosa o una persona. |
Persona: | | Es una naturaleza que subsiste de
forma independiente e individualizada. |
Se puede decir que una "naturaleza” no necesariamente necesita ser
personal. Una persona es una naturaleza que dispone de existencia
individualizada y capacidad racional.
Cuando decimos que el Hijo llegó a tener también una
naturaleza humana es de entender que esta naturaleza no tenía una
existencia propia antes.
B. AFIRMACIONES SOBRE LA PERSONALIDAD DE CRISTO
Sin entrar en más detalles de momento, podemos afirmar que
la Biblia nos muestra el siguiente "cuadro” del Mesías:
- Jesucristo es una sóla persona que tiene dos naturalezas.
- La naturaleza humana de Cristo en si no constituye una persona separada. El Hijo eterno no "adoptó” una persona humana para morar en ella.
- La naturaleza humana de Jesucristo sin embargo no es impersonal, porque la naturaleza divina le otorga personalidad.
- La naturaleza humana de Cristo no es incompleta. Ninguna cualidad le falta.
- La naturaleza humana de Jesucristo tiene propia voluntad.
- La segunda persona de la Trinidad, el Hijo, que es Dios desde toda la eternidad, asumió una naturaleza humana y tiene ahora una naturaleza humana y divina.
C. LA EVIDENCIA BÍBLICA
La razón humana no es capaz de entender plenamente todas
las implicaciones de las dos naturalezas de Cristo unidas en una persona.
Esta doctrina va más allá del pleno entendimiento humano y tiene su única
autoridad en la Palabra de Dios. Cuando la razón humana llega a sus límites
hay que aceptar lo incomprensible confiando en la Palabra de Dios. Vamos
ahora a estudiar la evidencia bíblica de esta doctrina.
1. No hay evidencia de una personalidad dual de Cristo en la
Biblia
En la Biblia no hay ni rastro de una doble personalidad de
nuestro Señor Jesucristo, a diferencia de muchos versículos que prueban
claramente que existe un diálogo entre las diferentes personas de la
Trinidad (por ejemplo Salmo 2:7; Juan 17:1.4.5, etc.). Jesucristo no
habla de se mismo en plural (tampoco en Juan 3:11, donde se refiere
al grupo que está con El).
2. La Biblia nos muestra las dos naturalezas unidas en una persona
Hay versículos que hablan de las dos naturalezas de Jesucristo, pero
siempre perfectamente unidas en una persona:
- Romanos 1:3.4
- Gálatas 4:4.5
- Filipenses 2:6-11
El Hijo no vino a morar en una persona humana, sino asumió la naturaleza
humana. 3. La personalidad única de Cristo tiene atributos divinos y humanos a
la vez
Versículos que hablan de atributos humanos refiriendose a Cristo con un
título que revela su divinidad:
- Hechos 20:28 "Señor” y "... con su propia sangre”
- 1 Corintios 2:8 "Señor de gloria” y "crucificado”
- Colosenses 1:13.14 "Hijo” y "redención por su sangre”
Versículos que hablan de atributos divinos refiriendose a Cristo con un
título que revela su humanidad
- Juan 3:13 "Hijo del hombre” y "que está en el cielo
- Juan 6:62 "Hijo del hombre” y "subir adonde estaba primero”
D. LOS EFECTOS DE LA UNION DE LAS DOS NATURALEZAS EN UNA PERSONA
1. La naturaleza divina no cambia
Es muy importante no caer en el error de enseñar una cristología que va en
contra de la doctrina de la inmutabilidad de Dios (véase teología propia).
Dios no puede cambiar nunca y por lo tanto al asumir la naturaleza humana,
la divinidad de Cristo no cambió:
Esto implica por ejemplo los siguientes elementos:
Según su naturaleza divina, Cristo no podía
- sufrir
- morir
- desconocer cosas
- ser tentado, etc.
Todas estas cosas fueron posibles después de haber asumido el eterno Hijo
de Dios la naturaleza humana.
2 La encarnación resultaba en un triple intercambio
Hay que dejarlo muy claro que intercambio no significa
"mezcla”.
a. Intercambio de atributos
Los atributos divinos y humanos forman parte de la misma persona. Esa
persona de Jesucristo puede ser al mismo tiempo omnisciente, omnipotente y
estar sujeta a las limitaciones de la existencia y naturaleza humana. Al
mismo tiempo, esto no significa que su divinidad fue humanizada o su
humanidad divinizada. No hay un intercambio real en el sentido de que la
naturaleza divina transfiere atributos a la naturaleza humana, por ejemplo.
b. Intercambio en la obra redentora de Jesucristo
La obra de redención tiene carácter divino-humano. La obra
redentora es resultado de la cooperación de las dos naturalezas. El
resultado es una unidad indivisible.
c. Intercambio de dones
La naturaleza humana desde el principio poseía dones
divinos: Cristo recibe adoración y su inteligencia, voluntad y poder son
exaltados más allá de la de otros seres humanos. En este hecho radica por
ejemplo la doctrina de la "impecabilidad” de Cristo.
3 Cristo es el objeto de adoración y oración.
Otro efecto de esta unión es el hecho de que Jesucristo es
el objeto de nuestra adoración y oración. La naturaleza humana en por si
sola no podía ser adorada.
4. Cristo puede simpatizar con su pueblo
Hebreos 4:15 nos enseña que tenemos un Salvador que
puede simpatizar con su pueblo. Teniendo una naturaleza humana, él ha
vivido en su propia carne nuestras tentaciones y a la vez ha podido cumplir
las exigencias de la ley divina totalmente.
5. El Logos encarnado es la fuente de la vida
- Juan 14:6 Jesucristo en su condición como Dios-Hombre tiene en sí la vida; Él es la vida.
- Juan 10:10 Además era necesario su encarnación para poder comunicar esta vida a los hombres.
6. La exaltación de la naturaleza humana de Cristo
La naturaleza humana de Cristo es exaltada por su unión
con la naturaleza divina. Sin embargo, su cuerpo de resurección no deja de
ser cuerpo, aunque de otra naturaleza de nuestros cuerpos de carne y
sangre (1 Corintios 15).
E. LA UNI-PERSONALIDAD DE CRISTO ES UN MISTERIO
Con todo esto hay que enfatizar claramente que la unión de
las dos naturalezas en la persona de Jesucristo es un misterio que no puede
ser entendido. Una idea vaga de lo que esta unión implica podemos hacernos
cuando consideramos la unión entre la parte material (cuerpo)y la parte
inmaterial (alma, espíritu etc.) del hombre:
Las dos substancias (materia y espíritu) están unidos pero no mezclados en
el hombre.
La persona tiene su "sede” en la parte inmaterial del hombre. La
"personalidad” de Cristo tiene su sede en su naturaleza divina.
Todo lo que ocurre en el cuerpo o en el alma es relacionado con toda la
persona.
Por supuesto, esta analogía tiene sus defectos. Por
ejemplo no puede explicar la unión entre lo finito y lo infinito, lo divino
y lo humano en la persona de Jesucristo.
F. LA POSTURA CALVINISTA
Calvino enseñó que los atributos divinos y humanos se reunen en la misma
persona, pero que no existe una transferencia real entre los atributos
(p.110, 2.a) . Por ejemplo, si se hubiese quitado un sólo atributo de su
naturaleza divina y añadido a la naturaleza humana, El habría dejado de ser
Dios . Si se hubiese quitado un sólo atributo de su naturaleza humana y
añadido a la naturaleza divina, el habría dejada de ser hombre en el pleno
sentido de la palabra.
G. LA POSTURA LUTERANA
Lutero y sus seguidores habían enseñado que la naturaleza
divina transfiere en el sentido literal atributos a su naturaleza humana.
Allí están las raices en la doctrina de la "ubicidad” del cuerpo de
Cristo, es decir su omnipresencia. Como consecuencia, el cuerpo de Cristo
puede estar físicamente presente en el pan y en el vino de la Santa Cena
(doctrina de la presencia real de Cristo). Sin embargo, los elementos no
cambian, como la iglesia católica lo está enseñando en su doctrina de la
transubstanciación.
Problemas:
No hay base bíblica para esta doctrina. La Biblia hace una separación clara
entre lo divino y lo humano en Cristo.
La naturaleza humana de Cristo de cierto modo es absorbida por la divina.
Ya no se puede distinguir entre el estado de humillación de Cristo durante
su vida en la tierra y su exaltación después.
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